¿Se puede creer en Dios sin ser católico?

Muchas personas se preguntan, ¿se pude creer en Dios sin ser católico? ¡En este artículo te lo decimos!

El hombre es el único ser de la creación que se pregunta sobre la existencia y la naturaleza de Dios. No hay planta, animal o roca que se plantee tal cuestión. Dios ha inscrito en el corazón de cada hombre un deseo natural de conocerle y amarle; de ahí que el mismo San Agustín refiera en sus confesiones: «Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en Ti».

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¿Por qué es importante creer en un ser supremo?

A lo largo de la historia, el hombre, de diversas maneras, ha expresado la creencia en un ser superior y lo ha manifestado por medio de cultos, sacrificios, oraciones y rituales. Con toda propiedad se puede afirmar que el hombre es un ser religioso, o, en otras palabras, es capaz de Dios. En el mundo existen muchísimas manifestaciones religiosas que tienen en común el deseo único de conocer y amar a Dios.

Este deseo natural puede ser olvidado, desconocido o rechazado deliberadamente por el hombre por diversos factores: el mal testimonio de los creyentes, el afán en el poder o riquezas, los prejuicios sobre la religión o el miedo. A pesar de ello, la mayor parte de los habitantes de la Tierra se declaran creyentes; así lo señalan las estadísticas mundiales: un 80% de la población mundial confiesa creer en Dios o en alguna divinidad (Cristo, Alá, Yaveh, Buda y diversas religiones politeístas). De esa cantidad, el 32% cree en Cristo y, de ellos, el 18,5 % es católica ¡La gran mayoría de los creyentes en el mundo no son católicos!

Todos los creyentes del mundo piensan distinto, sienten distinto, buscan y encuentran a Dios de diversa manera. En este abanico de religiones hay una sola certeza que tenemos en común: fuimos hechos por y para Dios. En todos los hombres hay una huella de nuestro creador que nos hace buscarlo para amarlo profundamente. Nuestro corazón tiene un deseo de amor infinito, que solo Dios puede satisfacer.

El catolicismo y los puntos de encuentro con otras religiones

Todos los católicos estamos llamados a mostrar el rostro auténtico de Cristo por medio de la evangelización, para que más personas encuentren el esplendor de la verdad. San Justino, un importante padre de la Iglesia del siglo II, reflexionaba sobre las “Semina Verbi” o“semillas del Verbo”, una expresión latina que hacía referencia todo lo bueno y verdadero que se ha sembrado en la mente y en el corazón de los hombres, en las distintas culturas, costumbres y países a lo largo de la historia; esto puede ser un importante punto de encuentro y oportunidad para dialogar y evangelizar, tanto desde la palabra como desde el testimonio de vida cristiana.

Los católicos no podemos estigmatizar o despreciar otras formas de pensamiento o religiones, sino más bien buscar puntos de encuentro y ayudar a las personas a encontrarse con Cristo.