Sigamos buscando la paz y la reconciliación

Con el lema «Amarás al Señor, tu Dios …. y a tu prójimo como a ti mismo», la Iglesia celebró del 18 al 25 de enero la semana de oración por la unidad de los cristianos. En medio de una situación socio-política tan inestable como la que estamos viviendo, no sólo en nuestro país, sino en el mundo entero, con brotes de violencia, guerras, polarizaciones, que amenazan la paz y la cohesión social, se quiso reflexionar sobre el amor de Cristo, que une a todos los cristianos, y a difundir por todas partes que, este amor es más fuerte que las divisiones.

Cada año, el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos organiza una semana de oración en la que se reflexiona y promueven iniciativas y actividades oportunas, que provoquen un compromiso ecuménico, tanto en el seno de la Iglesia católica como en las relaciones con otras iglesias y comunidades eclesiales, con la intención de restaurar la unidad entre los cristianos.

Este año la preparación de los materiales de reflexión se le asignaron a una comisión ecuménica de Burkina Faso, un país de África occidental que atraviesa por dificultades para encontrar una estabilidad social. En términos religiosos, aproximadamente el 64% de la población es musulmana, el 9% se adhiere a las religiones tradicionales africanas y el 26% es cristiana (20% católica, 6% protestante). En Burkina Faso convergen crisis como la violencia interétnica, el conflicto armado, la pobreza, las desigualdades, la inseguridad alimentaria y el cambio medioambiental. Como consecuencia, más de 1,4 millones de personas han huido de sus hogares en busca de seguridad, lo que convierte la situación de Burkina Faso en una de las crisis de desplazamiento y protección de más rápido crecimiento en todo el mundo. La inestabilidad también ha generado movimientos transfronterizos. Bajo estas circunstancias de inestabilidad socio-política en que la paz se ve constantemente amenazada, la comisión contaba con una sensibilidad muy particular, proponiendo textos e ideas que nos lleven a reflexionar que, el camino para encontrar la paz es el Amor, y que el amor de Cristo que une a todos los cristianos, es más fuerte que la divisiones que puede haber.

Por eso el lema: «Amarás al Señor tu Dios … y a tu prójimo como a ti mismo», nos invita a centrar nuestra atención y acción en el amor, pero no perder de vista que este amor de Dios se encarna en el amor al prójimo, y cuando se habla del prójimo, no se refiere a un ser efímero, sino a uno real, tan real como que lo tenemos al lado, en las calles y cruceros de nuestra ciudad, en nuestro lugar de trabajo, en nuestra propia familia. Es indispensable poner el amor en el centro de la búsqueda de la paz y la reconciliación. Búsqueda que a menudo se ve disminuida por la pérdida de valores y del sentido compartido de humanidad, además de no ponderar adecuadamente la preocupación por el bien común, la honradez y la integridad.

Sin duda, otro factor que ha comprometido la búsqueda de la verdadera reconciliación es el empobrecimiento espiritual y el afán de obtener ganancias fáciles, la mayoría de las veces acompañadas de injusticias laborales y remuneraciones paupérrimas. Frente a estas realidades, el imperativo de testimoniar el amor de Dios es aún más apremiante.

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