El obispo de la diócesis fronteriza de Las Cruces (Estados Unidos), Óscar Cantú, aseguró que una investigación ordenada por la Iglesia local no encontró ‘causas naturales’ para las lágrimas de la Guadalupana.
Alejandro Feregrino
Desde hace algunos meses una estatua de bronce de la Virgen de Guadalupe ha comenzado a ‘llorar’ en una Parroquia de los Estados Unidos.
En julio pasado, la Diócesis de las Cruces, en Nuevo México, ordenó un análisis químico de las ‘lágrimas’, que determinó que se trataba de aceite de oliva con esencia, lo que explicaba el olor a rosas que percibían algunos devotos.
Apenas esta semana, el obispo de las Cruces, Oscar Cantú, explicó que la investigación que ha emprendido la Iglesia no ha encontrado hasta el momento ‘causas naturales’ en esta manifestación.
También analizaron la imagen por dentro y, de acuerdo con el obispo, “no hay nada en el interior que deba estar allí, a excepción de telarañas”.
En realidad no… al menos por el momento. El propio obispo Cantú explicó en un comunicado que la determinación del origen sobrenatural del hallazgo es sólo un primer paso.
“Si la causa del fenómeno es sobrenatural, tenemos que discernir si esto proviene de Dios o del demonio. Les recuerdo que la Iglesia cree en la existencia de los ángeles caídos, quienes en algunas oportunidades intentan engañarnos”, puntualizó.
Ahora la Iglesia deberá pronunciarse sobre la bondad o maldad de este fenómeno inexplicable, en un proceso que seguramente se llevará un largo tiempo, pues esta etapa consiste en esperar los frutos espirituales de este fenómeno para la comunidad.
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