A casi tres años del sismo ocurrido en la comunidad de Camerino, en Italia, el Papa Francisco realizó una breve visita para dar un mensaje de aliento y esperanza a los cientos de vecinos que aún viven en hogares temporales, en espera de volver a sus casas.
El Papa visitó a seis familias damnificadas, aunque, reconoció, “hubiera querido visitar a cada uno de ustedes, llegar a cada casa”.
Tras este recorrido, se trasladó a la Catedral de la diócesis, gravemente afectada por el terremoto y que aún no está en condiciones de recibir a la feligresía. Usando un casco como protección, rezó frente a una imagen rota de la Virgen María.
Prácticamente todo el casco antiguo de Camerino –sus casas, iglesias y edificios públicos- está cerrado, debido a los graves daños provocados por el sismo, ocurrido el 28 de octubre de 2016.
Durante la homilía de una Misa celebrada en una plaza cercana al centro, ante cientos de fieles de la diócesis, Francisco pidió a los damnificados no perder la esperanza.
“Estoy aquí para orar con ustedes a Dios que nos recuerda, para que nadie se olvide de quién está en problemas. Ruego al Dios de la esperanza, para que lo que es inestable en la tierra no sacude la certeza que tenemos dentro. Ruego al Dios Cercano, que despierte gestos concretos de proximidad”, dijo el Sumo Pontífice.
Por último, el Papa se reunió con cientos de personas en un gimnasio de la localidad, entre ellos, unos 200 niños que, un día antes, recibieron su primera comunión.
De las 500 Iglesias de la diócesis de Camerino, que abarca también la ciudad de San Severino, 356 están inutilizables.
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