El agua bendita es un sacramental, es decir, un signo que imita a los sacramentos, en este caso particular al Bautismo. No otorgan la gracia del Espíritu Santo como los sacramentos, pero preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella.
Para muchas personas también es signo de pureza y del deseo de recibir la protección de Dios, por eso las vemos acercarse a las pilas bautismales tomando un poco de agua y santiguarse, o bien colocársela en la cabeza, en la frente o en las manos.
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