La señorita del asiento contiguo en el avión, le pregunta al joven señor, quien trae la novela cristera: “sangre de héroes”, en las manos, vestido con saco negro y alzacuello, y de mirada serena pero cordial:
– Disculpe, ¿es usted jesuita?
(El hombre se queda pensando: si le contesto que no, me va a decir: ah bueno, gracias, y me tirará a león; si le contesto que sí, me va a empezar a cuestionar, qué, por qué tan liberales, qué, por qué tan progresistas, así que, después de despegar y pasada la primer turbulencia, le contesto, como es debido:
-Lo siento, distinguida dama, pero, no lo soy.
– ¿Sabe cuál es la diferencia entre un jesuita y un sacerdote diocesano?
-El fundador de los jesuitas es un hombre que se hizo santo,
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