Libros, material escolar, uniformes y… En los preparativos para el regreso a clases es indispensable considerar la prevención ante el bullying o ciberbullying.
La temporada previa al retorno académico abre una gran oportunidad para dotar a niñas, niños y adolescentes de herramientas ante las vulnerabilidades del espacio físico y el virtual.
El acoso escolar es un problema global. De acuerdo con la UNESCO en el mundo 246 millones de menores de edad padecen alguna forma de violencia al interior o alrededor de sus escuelas.
De las casi mil 700 atenciones emocionales o jurídicas a estudiantes, desde el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, el 20 por ciento está relacionada con bullying, ciberbullying o problemas escolares.
Situaciones mayormente reportadas por mujeres, en una proporción de tres a uno con relación a los hombres, así como por estudiantes de primaria y secundaria.
Uno de cada tres casos está relacionado con violencia física, seguida de la verbal, psicológica, sexual, cibernética y por exclusión social.
Los datos revelan oportunidades para generar prevención y cultura cívica. Las niñas y niños deben sentirse seguros en la escuela, el espacio donde pasan más tiempo después del hogar, y reconocer los riesgos de las plataformas virtuales.
Cualquier menor de edad con acceso a un dispositivo digital puede ser víctima de ciberbullying, en mensajes de texto, correos electrónicos, redes sociales y juegos en línea. Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares del INEGI, 20 por ciento de niñas y niños ha sufrido acoso cibernético.
Como personas adultas podemos generar acompañamiento y supervisión sobre los hábitos de consumo y contenidos compartidos por las y los menores, recordarles la importancia de no contestar a provocaciones, no compartir datos personales, bloquear al responsable y denunciar la agresión.
El acoso escolar, ya sea presencial o virtual, implica víctima y victimario, así como testigos, quienes tienen la posibilidad de viralizar la violencia con risas, burlas o compartiendo materiales en redes sociales, o pueden ser factor para la erradicación al interrumpir la cadena de agresiones y ayudar a la víctima a reportar.
La educación escolar se complementa con la formación de conductas y comportamientos en favor de la no violencia. En la lista de útiles no debe faltar la prevención.
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