Convicciones

José de Acosta, el científico humanista

En 1540, nace José de Acosta en Medina de Campo, España. Hijo menor del comerciante Antonio de Acosta y de Ana de Porres, tuvo ocho hermanos. De ellos cuatro ingresaron a la Compañía de Jesús, otro fue militar, y de sus tres hermanas dos fueron religiosas.

A los 12 años, en 1552 ingresa a la Compañía de Jesús, años después al terminar el noviciado y hacer votos perpetuos, sus superiores lo envían a la Universidad de Alcalá de Henares donde entre 1559 y 1567 estudia filosofía, teología y ciencias naturales.  

En 1567 se ordena sacerdote y se le envía como profesor de teología a Ocaña y Plasencia. Solicita ir a las misiones de América, su petición es aceptada, y en 1571 viaja al virreinato del Perú donde llega en 1572. Tiene 32 años.

En Lima desde su llegada se dedica con éxito a la predicación, a las disputas públicas, a dar clases de teología, a la dirección   espiritual y a las confesiones. Tiene también oportunidad de conocer diversas regiones del virreinato. En 1575 es rector del colegio de los jesuitas en Lima.

De Acosta en 1576 es nombrado provincial de la Provincia de la Compañía de Jesús en Perú. Funda los colegios jesuitas de Arequipa, Potosí, Chuquisaca y La Paz. En es año en la primera congregación provincial se contempla como punto de discusión: Seleccionar para la Compañía un método misional propio.

En este cargo su intervención es decisiva, para que los jesuitas, que habían llegado a Perú en 1568, el primer sitio en América, decidan establecer su primera misión estable en el continente en 1576.

Lo hacen en Juli población cercana a la orilla occidental del lago Titicaca, que antes había sido atendida por los dominicos. Aquí diseñan y ponen en práctica el por primera vez el modelo misional, que, con variantes, los jesuitas van a desarrollar en América.

La formación intelectual y los intereses del padre De Acosta van a ser claves en la concepción misional de los jesuitas al inicio de esta nueva vertiente de trabajo que surge en Juli, que va a ser muy distinta a la implementada en el siglo XVI por los franciscano, dominicos y agustinos.

En el III Concilio de Lima (1582-1583), organizado por el arzobispo santo  Toribio de Mogrevejo, la contribución teológica-pastoral del jesuita es decisiva. Fue el teólogo más activo en toda la duración del encuentro y predica en dos de las cinco sesiones públicas.

Fue también el coordinador de la redacción del documento final (1584-1586) y el coordinador de la edición de las actas con la aprobación del papa (1588). Y responsable de la elaboración del catecismo trilingües que se decide publicar en esa reunión. En 1583 pronuncia el discurso de clausura.

Ya para ese momento, el prestigio misional de los jesuitas a partir de la misión de Juli, era evidente. Se les reconocía, entre oras cosas, el aprendizaje de las lenguas indígenas y el amplio y profundo conocimiento de sus culturas.

Como provincial De Acosta viajó por todo el virreinato y se interesó por el conocimiento de las culturas de los pueblos originarios. Se le puede calificar como un antropólogo y naturalista. En 1586 marcha de regreso a su tierra y en la Nueva España pasa casi un año, donde visita a uno de sus hermanos, que es rector del colegio de los jesuitas en Oaxaca.

Se le nombra visitador de los jesuitas en Andalucía y Aragón. En 1592 en Roma participa en la V Congregación General. De regreso a España se dedica en Valladolid a la enseñanza y la predicación.

Es elegido rector del colegio de los jesuitas en Salamanca. En esta ciudad muere en 1600. Tenía 59 años. Su obra se considera como de los últimos grandes trabajos de la Escuela de Salamanca.

En el virreinato del Perú publicó: Doctrina Christiana y Catecismo para la Instrucción de los Indios (1584); Tercer Catecismo y Exposición de la Doctrina Christiana, por sermones (1585) y Confesionario para los Curas de Indias (1585).

Ya en España en 1589 da a conocer De Natura Novi Orbis y en ese mismo año De procuranda indorum salute donde trata temas teológicos, jurídicos y misionales. En 1590 los dos tomos de la Historia natural y moral de las Indias, que se edita en Sevilla. Se traduce al francés, alemán y holandés en 1598, al latín en 1601 y al inglés en 1604.

En Roma en 1590 da a conocer De Christo revelato y De temporibus novissimus. Reúne en tres tomos sus mejores sermones que publica en 1596-1599.

Sus dos primeras obras escritas en 1555 y 1556, que son Tragoedia de Jeptaeo filiam trucidante y De vendito Joseph, permanecen perdidas. Y lo mismo pasa con otras muchas obras que quedaron inéditas en su tiempo y se perdieron. Con seudónimo escribió Vida del hermano Lorenzo, que algunos críticos consideran como “la primera novela hispanoamericana”.

*Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la Fe.

Rubén Aguilar

Rubén Aguilar Valenzuela es profesor universitario y analista político.

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