Lectura del Santo Evangelio“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: ‘en aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. Aprendan de esta parábola de la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducen que el verano está cerca; pues cuando vean ustedes suceder esto, sepan que Él está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del Cielo ni el hijo, sólo el Padre” (MC 13, 24-32)

ComentarioYa estamos a un domingo de concluir el ciclo litúrgico. De hecho, el próximo domingo celebraremos la fiesta de Cristo Rey del Universo con lo cual se cierra el año, para reabrirse el siguiente domingo con el primer domingo de Adviento, el tiempo para prepararnos a la Navidad.

Por tal motivo este domingo se nos presenta un pequeño fragmento del discurso de Nuestro Señor Jesucristo sobre el fin del mundo. Para quienes carecen de toda esperanza con respecto a “la vida después de la vida” es común que hablar de la muerte sea de mal gusto porque, sobre todo cuando ocurre en la niñez y la juventud, se piensa que las personas aún no han tenido oportunidad de vivir.

Junto con la antipatía por la muerte también está la antipatía para hablar del fin del mundo. Para nosotros los cristianos ciertamente no es un tema banal o para hacer bromas, el fin del mundo no es la aniquilación de la existencia humana sino la intervención definitiva y glorificadora de todos aquellos que, por su fe, su esperanza y su caridad han aceptado y hecho efectiva su participación en el Reino de los Cielos.  

Por supuesto que también implica, como en el Antiguo Testamento, un aspecto punitivo para todos aquellos que se dedicaron a echar a perder este mundo. Jesús nos enseña a vivir sabiamente y prepararnos para este encuentro definitivo con Dios.

Mons. Salvador Martínez

Entradas recientes

Congreso Eucarístico Internacional en Ecuador: ¿Qué significa ante la convulsión política que sufre América Latina?

¿Cuál es el aporte de la Iglesia Católica en un mundo sacudido por guerras y…

3 semanas hace

¿Quién tuvo la razón: el sacerdote, la mamá o las mujeres del equipo de liturgia?

¿Qué podemos aprender de este episodio ocurrido en México? El P. Medel reflexiona sobre lo…

3 semanas hace

Queremos un gobierno para todos

En el marco del Último Informe de Gobierno de AMLO y del inicio de la…

3 semanas hace

Pon la basura en su lugar

El verdadero Edén es el corazón humano en donde Dios mismo quiere pasear sabiendo que…

3 semanas hace

Misal Mensual Septiembre 2024 – Santa Misa (Con las Lecturas y el Evangelio del día)

Descarga gratis el Misal Mensual en PDF de Septiembre 2024, un libro litúrgico que te…

3 semanas hace

Vecindad solidaria

La solidaridad no es un acto aislado, sino una responsabilidad compartida

3 semanas hace

Esta web usa cookies.