Durante 5 años, Isabel, decidió callar los múltiples abusos de su esposo, por temor, sí, pero también para proteger a sus hijos. Él, constantemente la insultaba, le exigía que se fuera de la casa y hasta le rompía los artículos con los que hacía limpieza en el hogar. Tras pedir ayuda, ella y sus pequeños lograron salir de ese espacio y acudieron a un refugio, ya que no tenía redes de apoyo cercanas.
Similar a las agresiones que sufrió Isabel, hermanas de congregaciones eclesiásticas han alzado la voz contra algunas situaciones de desigualdad y maltrato. Fue el caso de las 43 mujeres que se enfrentan a una organización religiosa por recibir supuestamente humillaciones y ser obligadas a realizar tareas domésticas que no les correspondían.
Además, religiosas en Francia, Italia, Alemania, Canadá y África denunciaron ser víctimas de abuso sexual. Ellas incluso conversaron sobre estas situaciones en el documental “Las siervas maltratadas de Dios”. El Vaticano, ya revisa ambos casos.
El 8 y 9 de marzo fueron días fundamentales para visibilizar las distintas violencias hacia las mujeres. Organizaciones civiles, Iglesia y autoridades hicieron una labor muy importante para difundir mecanismos de atención y servicios de ayuda.
Mujeres de todas las edades salieron a exigir sus derechos y hubo reconciliación, incluso entre activistas y policías. Fueron días emotivos, donde la comunidad mostró su poder para promover la igualdad sustantiva. Pero el trabajo no queda ahí.
Este tiempo de Cuaresma, en el que nos resguardamos y procuramos reflexionar desde casa y los espacios de oración, es idóneo para revisar las situaciones que ponen en riesgo a mujeres, niñas, niños y adolescentes. Que alcemos la voz ante las injusticias y las afectaciones emocionales. Extendamos ese examen de conciencia y esas acciones todo el año.
A la par de este proceso espiritual y en nuestro actuar diario, en el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, cada día trabajamos para dar atención psicológica a mujeres, como Isabel, contra la violencia emocional o cualquier tipo de abuso y maltrato. De hecho, nuestro servicio de Primeros Auxilios Psicológicos a mujeres, a nivel nacional, aumentó 679% entre 2019 y 2021, al pasar de 675 a 5 mil 261.
Las acciones que comenzamos este mes de marzo y en tiempo cuaresmal deben fortalecerse día a día. Con convicción, unión y congruencia podemos contribuir a que las mujeres se sientan seguras para hablar de lo que les hace daño, para recibir la ayuda que necesitan.
Juntas y juntos podemos erradicar el maltrato emocional, físico y sexual en los hogares y en los templos de todas.
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