CONSULTO EL DICCIONARIO. Acedia proviene del latín acidia, versión latinizada de la palabra griega akidia que significa literalmente estado inerte, descuidado. Está ligada a la melancolía. Entre los monjes medievales era sinónimo de tristeza paralizante del trabajo productivo, pero sobre todo del amor a Dios, a los otros y a sí mismo.
Yo veo mucho de este mal entre los componentes masculinos de mi generación. Y más entre aquellos que siguen, entre los adolescentes y jóvenes adultos de hoy. No hablo de “brecha generacional” ni acudo al
manido pretexto que “todo tiempo pasado fue mejor”. Lo que me alarma es la ausencia de ambición cultural y
espiritual. La instrucción religiosa, por ejemplo, está en los suelos o bajo tierra. La gente va a Misa y sale
como entró.
Nietszche criticaba con justa razón a “los redimidos”, pues cuando terminaba la Eucaristía, con
Jesús adentro su cuerpo, en lugar de un silencio reverencial, parloteaban sobre el estado del tiempo, sobre
pasteles y chismes.
De la carencia de lectura, mejor ni hablar. El otro día escuché a un par de alumnos de prepa preguntarse si Pedro Páramo lo había escrito Juan Rulfo o si Juan Rulfo era el libro y su autor Pedro Páramo… Tanta “información”, tanto tiempo de pantalla han hecho que el símbolo de nuestros días sea la frase (horrible y desdichada): “me da lo mismo”. La acedia en tiempos de la post verdad.
Más artículos del autor: La droga oculta
Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.
El Santo Padre recibió un baloncesto a manera de obsequio por parte de jugadores de…
¿Cuál es el aporte de la Iglesia Católica en un mundo sacudido por guerras y…
¿Qué podemos aprender de este episodio ocurrido en México? El P. Medel reflexiona sobre lo…
En el marco del Último Informe de Gobierno de AMLO y del inicio de la…
El verdadero Edén es el corazón humano en donde Dios mismo quiere pasear sabiendo que…
Esta web usa cookies.