Columna invitada

¿Por qué llegó la salvación a Zaqueo si no renunció a cobrar impuestos?

El oficio de Zaqueo, cobrar impuestos para Roma, era considerado un pecado para los judíos paisanos de Jesús ¿Por qué entonces Zaqueo que no anuncia un cambio de oficio fue declarado salvo por Nuestro Señor Jesucristo?

El evangelio de San Lucas es una obra donde se menciona mucho la llegada de la salvación. En breve, la salvación es para cada persona ser perdonada de sus pecados y hacerse heredero del Reino de los Cielos.

Como se trata de dos realidades espirituales, la salvación suele ir acompañada de signos prodigiosos como la sanación milagrosa, las liberaciones de los demonios y declaraciones de perdón de los pecados o de salvación como lo leemos en el pasaje de hoy. Por el pasaje de la vocación de Mateo (Mt 9,9) pareciera que, efectivamente, la conversión de Mateo al hacerse discípulo de Jesús implicara el hecho de dejar de ser cobrador de impuestos para los romanos.

Pero en el pasaje del día de hoy Zaqueo no anuncia la intención de abandonar dicho oficio ¿Qué es entonces lo que cambió en Zaqueo para que Jesús declarara que aquel día había entrado la salvación a aquella casa?

El primer cambio que anuncia Zaqueo es la partición de la mitad de su fortuna en beneficio de los pobres. Por lo tanto estamos hablando de que Zaqueo entregaría en limosna la mitad de sus bienes. Dar limosna es una obra de misericordia (cfr. Lc 12,33) que pone las riquezas de una persona a resguardo en el cielo. Así invitó el Señor al joven rico (Mt 19,21) vender todas sus posesiones, repartir el dinero entre los pobres para hacerse con un tesoro en el cielo. Zaqueo, tal vez hombre rico no vendió todo, solo la mitad, pero igualmente es declarado salvo.

El segundo cambio que ocurrió fue que si había robado regresaría cuatro veces lo robado. La injusticia en materia de robo debe restituirse, no basta con que la persona se confiese, hay que restituir el bien robado. Zaqueo anuncia una restitución al cuádruple por la extendida creencia de que la responsabilidad de las malas acciones recaía en los hijos hasta la cuarta generación. Así es que Zaqueo pretendía dejar limpio completamente su historial de vida.

Los impuestos en sí mismos son algo bueno y necesario para la superviviencia de las sociedades complejas, sea por el gran número de personas que vivimos juntos, sea porque no todos saben hacerlo todo.

Cobrar impuestos es, por lo tanto, un oficio honesto, pero había dos detalles que considerar, el primero de ellos es que los judíos no consideraban justo que los romanos recaudaran como impuestos sus bienes, esto no es responsabilidad del cobrador sino de la autoridad.

El segundo asunto es que el cobrador podía tasar incorrectamente a las personas en su perjuicio o en su beneficio y con ello, cometer un robo. Zaqueo decidió dedicarse todavía a ser un honesto cobrador de impuestos.

 

Mons. Salvador Martínez

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