¿Bañar a los peces? Un hecho extraño para quienes vivimos inmersos en una atmósfera de aire, y el baño significa echarnos un regaderazo o un jicarazo (depende como esté el abasto de agua en la colonia); es decir, experimentar el agua y el jabón para volver a estar limpios, pero secos.
A los peces se les baña en una tina, en un pequeño estanque, sacándolos del agua para meterlos a una solución salina que les ayudará a equilibrar los microorganismos que tienen una función simbiótica. El baño sólo dura unos segundos y tienes que estar atento a la reacción del pez en esa solución, porque si entra en shock, se deber regresar inmediatamente a la pecera.
Necesitamos ambientes que nos ayuden a recuperar la dignidad perdida, a volver a experimentar la misericordia, a sabernos parte de una gran comunidad donde el llamado a la misión se renueva. Quienes formamos y construimos ese ambiente podemos resultar tóxicos, y hacer que quienes nos rodean entren en shock y quieran abandonar ese espacio.
¿Estamos construyendo ambientes de acogida frente a la incertidumbre que plantea la realidad del día a día? ¿Habitamos una casa o formamos un hogar con nuestra familia? ¿Es una Betania donde encontramos palabras, actitudes y acciones que nos edifican o un lugar donde los gritos y sombrerazos son la constante?
Síguelo en Twitter como: @abrahamrodrigo
Los artículos de la sección de opinión son responsabilidad de sus autores.
El Santo Padre recibió un baloncesto a manera de obsequio por parte de jugadores de…
¿Cuál es el aporte de la Iglesia Católica en un mundo sacudido por guerras y…
¿Qué podemos aprender de este episodio ocurrido en México? El P. Medel reflexiona sobre lo…
En el marco del Último Informe de Gobierno de AMLO y del inicio de la…
El verdadero Edén es el corazón humano en donde Dios mismo quiere pasear sabiendo que…
Esta web usa cookies.