A raíz de las declaraciones, un boletín-instrucción y el Twiter de diversos liderazgos nacionales de los últimos días en los que afirman que el derecho a educar a los niños en sexualidad es del estado, como Unión Nacional de Padres de Familia queremos aportar estos elementos jurídicos que nos asisten para reconocer que el derecho primario de educar a los niños es de los padres, no del estado.

1. Declaración Universal de los Derechos Humanos. Art. 26. “…los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.

2. Pacto Internacional de los Derechos Sociales, Económicos y Culturales. Art. 13. “… los estado parte… se comprometen a respetar la libertad de los padres, … y de hacer que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa o moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones…”.

3. Pacto Internacional de los Derechos Cívico Políticos. Art. 18. “Libertad de los padres en el contexto del derecho a la libertad de pensamiento, de creencias, de religión …”.

4. Convenio Europeo de Derechos Humanos. Art. 2. “El estado … respetará el derecho de los padres a asegurar esta educación y esta enseñanza conforme a sus convicciones religiosas y filosóficas”.

5. Tribunal Europeo de los Derechos Humanos. Art. 2. “Las frases acceso a la educación y libertad de enseñanza deben leerse conjuntamente … La libertad de enseñanza se entiende como un medio para garantizar el pluralismo democrático”.

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6. Constitución Mexicana. Art. 1. “Todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta constitución y los tratados internacionales (de los que México forma parte)… Queda prohibida toda discriminación… por… religión, opiniones… que atente contra la dignidad humana… menoscabe los derechos y las libertades”.

7. Constitución Mexicana. Art. 3. Fracción I. “Garantizada por el art 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica…”.

8. Derecho a la libertad de convicciones éticas, pensamiento, conciencia, religión y cultura. Art. 62. “La libertad de profesar la propia religión o creencias estará sujeta únicamente a las limitaciones prescritas por ley que sean necesarias para proteger los derechos y libertades fundamentales de los demás”.

9. Convención de los Derechos del Niño. Art. 12. Numeral 2. “… los estados parte … respetarán el derecho y el deber de los padres de guiar al niño en el ejercicio de su derecho (a la libertad de pensamientos, de creencia y de religión) … su guía parental permitirá a los niños aprendan aquellos valores morales, religiosos o espirituales que les sean inculcados por sus padres … para que … puedan entenderlos, adoptarlos, llevarlos a la práctica … para el desarrollo de propio proyecto de vida…”.

Como podemos ver, México está obligado a honrar esos tratados internacionales y debe reconocer en la ley y en la vida cotidiana, sobre todo la educativa, que somos los padres  quienes tenemos el derecho y la responsabilidad primordial de promover el desarrollo y el bienestar del niño y de impartir a los menores la dirección y orientación apropiadas para que estos puedan ejercer los derechos reconocidos, entre otros, los de libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.

Después de la segunda guerra mundial, la reflexión profunda de los estados parte de la creación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, llegaron a la conclusión que la última tabla de salvación contra las dictaduras, es la familia y para evitar que en un futuro, cualquier poder político intentara siquiera arrebatar la conciencia de los niños de la patria potestad de sus padres, para adoctrinarlos, para lavarles el cerebro, para infundirles casi una religión o un credo de estado, decretaron que el derecho primario de educar a sus hijos corresponde a los padres, nunca al estado.

Si los actuales promotores de tal aberración, insisten en su intento, olvidándose de las víctimas de la inseguridad, de la pandemia, del desempleo e insistiendo en su propuesta contra la patria potestad, sepan que están abonando el terreno para la constitución de una dictadura en nuestro país y los padres de familia no lo vamos a permitir porque: “A mis hijos, los educo yo”.

*Leonardo García Camarena es Presidente Nacional de la Unión Nacional de Padres de Familia

Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

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Leonardo García Camarena

Es presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia.

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