Mucha gente busca momentos, fuera de Misa, para acudir a visitar a Jesús y hacer una ‘Hora Santa’: 60 minutos de oración ante el Señor. Esta práctica cada vez se hace más común en Adviento.
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Entre quienes realizan esta hermosa devoción, numerosas personas han expresado interés de aprovecharla para prepararse mejor para Navidad. Surgió así la idea de presentar aquí esta guía práctica.
Alábalo por atributos Suyos que valoras más en este Adviento. Por ejemplo considera que si sólo fuera Todopoderoso, pero malo o vengativo, le tendríamos terror, pero es tan Bueno y Misericordioso, que ante el pecado del ser humano no reaccionó borrándonos del universo, sino viniendo a salvarnos.
Agradécele por lo que hace en tu vida, en especial por lo que ha significado para ti que haya venido a compartir nuestra condición humana para rescatarnos del pecado y de la muerte.
Mucha gente está viviendo un Adviento muy doloroso, por la pérdida de seres queridos, pero eso no impide darle gracias a Dios, al contrario. Te comparto que mi mamá falleció un 23 de diciembre. La noche de Navidad estábamos en la funeraria. De ahí me fui a casa y me senté largo rato a contemplar el Nacimiento, agradeciendo a Jesús el haberse encarnado para rescatarnos del pecado y de la muerte, pues con ello me daba la esperanza de volver a ver y abrazar a mi mamá. No importa qué tan grande sea tu dolor, siempre, siempre hay algo que le puedes agradecer al Señor.
Aquí la propuesta es no sólo pedir perdón por tus faltas, sino por tantos pecados que se cometen en este tiempo de Adviento: por ejemplo, el de papás que mienten a sus niños para que esperen con ilusión al inexistente santa Claus en lugar de al Niño Dios; el de gente que se dedica a consumir, a embriagarse, a enfocarse sólo en lo que va a recibir. Pide al Señor perdón y ofrécele tu amor y oración en reparación.
Aquí tienes 3 sugerencias para leer y reflexionar:
Preséntale tus peticiones, platica con Él de lo que acabas de leer y meditar, o simplemente calla y deja que Su Palabra resuene en tu corazón.
Conforme avanza el Adviento, tus ratitos de silencio y oración en tu Hora Santa semanal te salvarán de perderte en el ajetreo de una temporada en la que el mundo nos tienta a ocuparnos sólo de lo mundano y material. Lograrás mantener el enfoque en lo verdaderamente esencial: prepararte para celebrar que Dios nos ama tanto que nos entregó a Su Único Hijo para salvarnos.
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