Los equipos deportivos profesionales e incluso algunos escolares, cuentan con los llamados cazatalentos, personas encargadas de localizar a nuevos integrantes que tengan la capacidad de reforzar al equipo.
También llamados Visores, poseen la capacidad de detectar cualidades especiales incluso en quienes no saben que lo tienen.
Se han dado casos de deportistas que se dedicaban a un deporte, pero a raíz del contacto con uno de estos cazatalentos, fueron invitados a practicar otra disciplina diferente en la cual destacaron, como fue el caso del deportista nigeriano Hakeem Olajuwon, quien es muy conocido por haber sido dos veces campeón de basquetbol profesional en Estados Unidos, pero en su natal Nigeria el practicaba el futbol como portero.
Los cazatalentos, por tanto, tienen el don de ver la capacidad real de un jugador y muchas veces no eligen de una visoria al que más destaca al momento sino al que ellos consideran que tiene la mayor posibilidad de sobresalir en el futuro, es decir, ven el potencial, lo que pueden llegar a lograr.
Nosotros podemos jugar a ser cazatalentos si a partir de ahora, en lugar de centrarnos en los defectos y limitaciones del prójimo, nos enfocamos en ayudarles a ver sus cualidades, colaborando para desarrollarlas, comenzando con nuestros propios hijos y pareja, y seguir con todos los que nos rodean.
Podemos ser el factor positivo para los demás si les apoyamos en descubrir esos dones que Dios ha puesto en todos y cada uno de nosotros.
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