SI FUE BUENO O MALO, ciertamente no fue por ser agosto ni porque las lluvias fueron torrenciales, o el terremoto (¡¿tembló?!), o la viruela del mono, sino porque la bondad o maldad que brota del corazón del hombre es lo que califica – moral y finalmente- a cuanto sucede a nuestro alrededor (revisa lo que dijo Jesús en Mc 7, 21 o en Mt 15, 19) … SI CALIFICO MEJOR O PEOR el mes que ya agoniza solo porque se ajustó a mi conveniencia, a mi gusto o comodidad, pues el asunto está grave (¡¿por qué?!!!) porque me quedo como mero espectador, receptor, víctima o ganador de lo que no fui responsable, de lo que no generé, de lo que no proyecté, de lo que no trabajé, de lo que no preví… CON ANIMALES Y PLANTAS, y con todo lo que se mueve o está fijo a nuestro alrededor, compartimos el ciclo propio del planeta (huracanes, terremotos, meteoritos, explosiones solares, eclipses de todo tipo, radiación estelar, etc.), pero somos los únicos que podemos prepararnos y prever para que las consecuencias adversas sean menores, y eso sólo hasta cierto punto… VOLVAMOS A CAER en la cuenta que guerras o crisis financieras, que desempleo o incertidumbre política, que violencia o drogadicción (como tantos otros males tontos) son consecuencia de la ambición y del afán de dominio que nos deleitan, de la soberbia y desprecio que no superamos, de la superficialidad y vanidad que nos endulzan y hasta empalagan el ego, de fantasías e irresponsabilidades en donde nos gusta nadar “de a muertito”… PONGAMOS LOS PIES en la tierra, hablemos seriamente sin perder el buen humor, escuchemos con atención y empatía, miremos con la debida altura y amplitud, pensemos como adultos sin dejar de tener corazón de niños, movamos las manos con generosidad y recta intención, y entonces gustaremos con sabrosura la belleza y oportunidades de la vida, percibiremos el suave aroma de una humanidad que huele a antesala del cielo… NO ME CANSO DE REGRESAR –una y otra vez- al libro del Génesis en donde el primer retrato (de cuerpo entero y al natural) nos pinta como guardianes, cultivadores, responsables del jardín que Dios nos dio como hogar; no fue mansión, jacal, condominio ni “penthouse”, mucho menos bunker o nave espacial lo que nos dio como hogar: un jardín para que lo cultiváramos… Y DEL GÉNESIS VENGO nuevamente al lugar y tiempo que me tocó vivir y sigo maravillado de lo que somos capaces cuando nos convertimos en actores, promotores, creadores, generadores de cuidado y vida, de atención y previsión, de habilidades y destrezas que se proyectan en el arte, el deporte, la tecnología, la música, el trabajo, la convivencia y todo lo que humanamente lleva la huella de lo divino y lo que divinamente lleva la gratitud de lo humano… QUIERO HACERTE UNA PROPUESTA -gentil y amable lector- para avanzar “una rayita más” en la tarea que nos ha dado Dios: si ordinariamente hacemos lo que nos parece bueno por la conveniencia que nos aporta, ahora hagámoslo con el propósito de parecernos más a Dios, que hace el bien sin ninguna conveniencia ni por ventaja propia, sino sencillamente porque su Divina Voluntad se identifica con la Bondad… POR SUPUESTO QUE en la proposición que hago, también se incluye que rechacemos el mal no sólo porque nos perjudica y nos quita la paz, sino porque el mal no responde ni a la misión que Dios nos dio ni a la naturaleza propia de este universo que habitamos y del que formamos parte… PARA HABLAR CLARO Y DIRECTO: 1) no sigas calificando como mal lo que está afuera de ti olvidando o descuidando tu responsabilidad, 2) esmérate en generar el bien con todas tus ganas y buena voluntad aún sin esperar recompensa, 3) no te quedes indiferente ante las situaciones ajenas difíciles, 4) esfuérzate en alentar toda iniciativa de valor, de creatividad, de desarrollo, de salud, de arte, de buena comunicación, de concordia y paz aunque no tengas ventaja directa… TEN EN CUENTA QUE septiembre ya viene corriendo y está a punto de llegar, así que recíbelo con alegría y creatividad, no vaya a ser que seas causa de que se convierta en “septiembre negro”, o en “septiembre de males”, ni que se quede en simple y llano septiembre –así, a secas- sino en un mes pleno y provechoso por lo bonito que hagas y generes (tal vez un chile en nogada, tal vez una convivencia patria, tal vez el pago de deudas o la reconciliación con ¡alguien!)…

P. Eduardo Lozano

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