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Cuando San Rafael Guízar y Valencia encaró al Gobernador de Veracruz

San Rafael Guízar y Valencia (1878-1938), V obispo de Veracruz, decía que un obispo puede no tener mitra, báculo, anillo o cruz pectoral, pero jamás puede permanecer sin su seminario.

Durante la persecución religiosa en México, él mantuvo su seminario abierto, aunque de manera clandestina y constantemente cambiaba de domicilio. La policía lo buscaba y el gobernador de la entidad, Adalberto Tejeda, puso precio a su cabeza, pero él, para evitar que algún católico, movido por la recompensa que se ofrecía lo traicionara, se presentó en la oficina del funcionario y le dijo: “Rafael Guizar, a sus órdenes”.

En su biografía se menciona que él dijo: “He venido a demostrarle que soy respetuoso de la autoridad. Usted ha ordenado que me fusilen en el lugar que me encuentren. He venido para que usted mismo pueda darse el gusto de hacerlo, y evitar así que ninguno de mis fieles tenga que mancharse sus manos disparando contra su obispo”. El gobernador admiró su valentía y retiró los cargos.

San Rafael Guízar y Valencia siempre demostró valor ante las circunstancias adversas y jamás abandonó su ministerio pastoral. Por ejemplo, en 1913, durante la Decena Trágica, acudió a la Ciudadela a confesar a los heridos y moribundos. Se salvó la vida de milagro, pues su sombrero fue alcanzado por una bala.

San Rafael Guízar y Valencia. Foto: Arquidiócesis de Xalapa

Él fue apresado en varias ocasiones y por su ingenio pudo escapar de los soldados. En una ocasión, demostró sus habilidades como músico que tocaba varios instrumentos, amenizó una fiesta de sus captores tocando el acordeón y ellos lo dejaron en libertad.

La vida de Rafael Guízar y Valencia

Rafael Guízar y Valencia fue un gran predicador y un notable misionero que estuvo en Centroamérica, Estados Unidos y Cuba, don fue informado de su nombramiento como obispo de Veracruz.

Cuando llegó al puerto, acababa de pasar un terremoto y el dinero que los fieles le habían juntado para darle la bienvenida, lo destinó a los damnificados.

La tocó vivir la Revolución Mexicana, la Guerra Cristera (1926-1929) y después de los acuerdos de paz, la violencia continuó en Veracruz y Tabasco, y fue en esta etapa cuando el gobernador Tejeda lo sentenció a muerte.

Él falleció con fama de santidad el 6 de junio de 1938, y su hermano Antonio, que también era obispo, le dio la extremaunción. Fue sepultado en el panteón de Xalapa, y en 1950, el cabildo de su diócesis trasladó sus restos a la capilla de Santa Teodora, en la catedral, donde permaneció incorrupto.
Juan Pablo II lo declaró beato el 29 de enero de 1995, y el domingo 15 de octubre de 2006, fue canonizado en la Plaza de San Pedro, en Roma, convirtiéndose en santo patrono de las conferencias episcopales de América.

Carlos Villa Roiz

Periodista decano en la fuente religiosa.

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