La creencia de que el día 2 de noviembre los difuntos visitan los hogares en que vivieron, tiene su origen en el México prehispánico, cuyos habitantes pensaban que los muertos regresaban a la tierra en el noveno mes del Calendario Azteca -los niños en el día primero y los adultos en el segundo-, que en nuestro calendario corresponde al mes de agosto.
Con la llegada de los españoles, el mes para la celebrar a los difuntos se trasladó a noviembre. Y aunque fue desechada la creencia de que los muertos volvían a la tierra, permaneció la costumbre cristiana de orar por los difuntos en noviembre: el primer día del mes por los niños y el segundo por los difuntos adultos.
Aquí te dejamos una oración que puedes hacer por los adultos difuntos:
Padre misericordioso, tú que llamas a todos los seres humanos a su plena realización en la historia, recibe en tu casa a todos aquellos que han muerto y vivieron buscando agradarte y hacer tu voluntad. Y si algún pecado ha quedado pendiente, confiamos en tu infinita bondad para que, una vez arrepentidos puedan gozar de tu inefable presencia y mirarte cara a cara, como lo hacen los amigos. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, en el poder del Espíritu. Amén.
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