Por diversas razones, el domingo por la tarde, muchas personas sufren el desánimo del llamado “Síndrome del domingo“: puede ser porque se preparan para iniciar una semana laboral, porque terminan los días de descanso, porque se pausa la vida social, porque es el día que se ocupa para hacer labores domésticas, e incluso, porque el día anterior se desvelaron y abusaron de la fiesta.
Para superar este síndrome, los psicólogos recomiendan varias cosas como: despertarse temprano, hacer ejercicio, evitar ver mucha televisión, organizar comidas familiares o escuchar música.
Nosotros los católicos, además de que podemos atender estas recomendaciones, tenemos lo mejor y lo más importante: la Santa Misa, el encuentro con Jesús-Eucaristía. ¿Acaso puede uno sentirse triste y desanimado cuando se tiene a quien es la Fuente del amor y de la vida?
Si eres de los que el domingo por la tarde sienten que van por la vida cuesta arriba, te dejamos esta oración para afrontar el Síndrome del domingo.
Señor, solo Tú conoces las profundidades del alma humana a la perfección. Solo Tú sabes por qué mi ánimo y alegría disminuyen en ciertos momentos, a veces, sin explicación aparente. Hoy me siento tristes, solo, desalentado y sin esperanza, me cuesta trabajo retomar las actividades cotidianas después del descanso. Dame, Señor, la fortaleza de ánimo, devuélveme la alegría y la esperanza para afrontar con fe los retos que me esperan esta semana laboral. Amén.
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