Rezar el Rosario es fácil de aprender, y rezarlo es acogerse a la amorosa y poderosa intercesión de María. Consiste en meditar, cada día, al menos cinco ‘Misterios’ (es decir, realidades divinas que superan nuestra comprensión), y en cada uno rezar un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Dedica un momento a meditarlo. Relaciónalo con lo que estás viviendo y dialoga con María al respecto, sea para agradecerle o encomendarle una petición.
Estos son los Misterios a meditar:
Leer: Rosario del martes y viernes: Cómo rezar los Misterios Dolorosos
Leer: Rosario de los jueves: Cómo rezar los Misterios Luminosos del Rosario
Te suplicamos nos concedas, Señor, Dios Padre nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y alcanzar los gozos de la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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