San Luis Grignion de Montfort nació en Francia en 1637, y desde muy pequeño solía pasar largos tratos arrodillado ente la imagen de la Virgen María; lo hacía siempre por la mañana antes de dirigirse al colegio, y por la tarde luego de salir de clases.
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Con grandes sacrificios, logró conseguir recursos para poder irse a estudiar al Seminario de San Sulpicio (París), donde le otorgaron un premio por ser alumno destacado en estudios y en piedad: un viaje al Santuario de la Virgen de Chartres. Se cuenta que al llegar a dicho recinto se arrodilló ante la Virgen y permaneció 8 horas continuas rezando.
Y es que -se dice-, cuando él se hincaba ante la Madre de Jesús, no lo hacía como el devoto que le lleva su lista de necesidades para que se las resuelva, sino para conversar alegremente con sus dos grandes amigos: Jesús y María, por lo que las horas le parecían minutos.
Luis Grignion de Montfort era un gran predicador, y no tenía miedo de llevar la Palabra de Jesús a ningún lugar, pues como portaba siempre un crucifijo y una imagen de la Virgen, iba con la entera confianza de que no andaba solo.
San Luis Grignion de Montfort escribió tres libros que se han difundido por todo el mundo: Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María; El Secreto de María y El Secreto admirable del Santo Rosario.
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