Este 24 de septiembre, día de Nuestra Señora de la Merced, patrona de los cautivos, el Papa Francisco hizo un llamado a los católicos a trabajar unidos por en la lucha contra la esclavitud moderna y para devolver la dignidad a quienes están privados de su libertad.
“No desviemos la mirada ante los sufrimientos de los hermanos y hermanas privados de la libertad y de la dignidad, víctimas de las esclavitudes contemporáneas”.
“Pidamos a la Virgen de la Merced que nos ayude a trabajar juntos para romper las cadenas y devolverles una vida digna”, pidió en su cuenta de Twitter.
La devoción a Nuestra Señora de la Merced que tiene su origen en la noche del 1 de agosto de 1218, fecha en que, por separado, la Virgen María se apareció a tres hombres: San Pedro Nolasco, noble y rico francés; San Raimundo de Peñafort, teólogo dominico y predicador español, y Jaime I el Conquistador, rey de Aragón.
pidió que fundaran una orden religiosa destinada a ayudar y redimir a los cristianos cautivos. Después de aquella aparición, los tres hombres se comunicaron entre sí y fundaron la “Orden de Nuestra Señora de la Merced, redención de cautivos”.
Reconociendo el gran servicio que esta Orden prestaba a la Iglesia, el Papa le dio su aprobación e instituyó el 24 de septiembre como fiesta de Nuestra Señora de la Merced.
Aunque la evangelización dio inicio en Nueva España con los franciscanos, el primer religioso que llegó a México perteneció a la Orden de Nuestra Señora de la Merced.
Fue Fray Bartolomé de Olmedo, capellán de la expedición de Hernán Cortés que tuvo lugar en 1519. Sus historias, aciertos y penurias fueron descritas por Bernal Díaz del Castillo, soldado y cronista.
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