El Papa Francisco envió un mensaje de esperanza a los pobladores de Aguililla, Michoacán, y les aseguró que ora por ellos y los acompaña en su angustia, en los momentos difíciles que viven debido a la violencia.
Desde hace varios meses, la comunidad de Aguililla -ubicada en el territorio de la Diócesis de Apatzingán, Michoacán- ha sido víctima de los cárteles del narcotráfico que se disputan el territorio, incomunicando a los habitantes durante varias semanas, causando inseguridad y desabasto de los productos básicos, entre ellos, alimentos y medicinas.
El mensaje fue dirigido a monseñor Cristóbal Ascencio, Obispo de Apatzingán y leído por el padre Cipriano Sánchez Villanueva, al finalizar una Misa y la Bendición con el Santísimo Sacramento que el Obispo presidió el domingo 18 de julio en la parroquia de Aguililla.
“Puedo comprender el sentimiento de desánimo y la sensación de impotencia que los abate, pero recuerden que no están solos, que el Señor es fortaleza y misericordia que nunca abandona a sus hijos, que la Iglesia es madre, atenta y cercana a todos los que sufren”.
“Jesús nunca dijo que el camino sería fácil, predijo pruebas y persecución, pero también que no faltarían las consolaciones de Dios (…) da consuelo saber que el camino no lo recorremos solos, Jesús camina a nuestro lado, sobre todo en los momentos de prueba y de tribulación”.
El Santo Padre hizo votos porque el Señor toque el corazón de los criminales y llamó al gobierno a generar condiciones laborales dignas para que los jóvenes en pobreza no caigan en manos de los grupos de narcotraficantes.
“Los exhorto a que confíen en el Señor Jesús, a que no tengan miedo de contrarrestar la violencia que tiene origen en el maligno con el amor, la misericordia y el perdón. Pido al Señor que convierta el corazón de los responsables de tanta muerte y desolación”.
“También que inspire a los encargados del bien común a comprometerse en la erradicación del crimen y de la impunidad, así como en la generación de espacios de trabajo digno y útil”.
El 23 de abril, el Nuncio Apostólico en México, Franco Coppola, celebró una Misa por la Paz en Aguililla, Michoacán.
En ese marco, el Nuncio resaltó el mensaje del Papa Francisco en su última visita a México, cuando llamó a los obispos y sacerdotes a estar cerca del pueblo.
“Nuestra misión como Iglesia es estar cerca, estar ahí como la Virgen. La Virgen no pudo salvar a su Hijo (…) pero se quedó ahí bajo la cruz, ahí es nuestro lugar, la Iglesia tiene que estar a su lado de su pueblo”.
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