El Papa Francisco dirigió su tradicional mensaje de Navidad a la Curia Romana, a quienes hizo un llamado a vivir con humildad y a combatir, unidos, la soberbia.
En su discurso, el Santo Padre ofreció tres palabras clave para vivir la humildad en la Iglesia: Participación, comunión y misión.
Esta “debería manifestarse mediante un estilo de corresponsabilidad”, en la diversidad de funciones y ministerios:
“Sería importante que cada uno de nosotros se sintiera partícipe y corresponsable del trabajo, sin limitarse a vivir la experiencia despersonalizadora de llevar a cabo un programa establecido por otra persona”.
Esta palabra implica, agregó el Papa, “reconocer la diversidad que habita en nosotros como un don del Espíritu Santo, que no se expresa por mayorías o minorías, sino que nace esencialmente de la relación con Cristo”:
Lo que fortalece la Comunión, agregó el Santo Padre, es “poder rezar juntos, escuchar la Palabra juntos, construir relaciones que vayan más allá del mero trabajo y fortalezcan los vínculos de bien ayudándonos mutuamente”.
La misión salva de “una tremenda corrupción con apariencia de bien”, pues sólo “un corazón abierto a la misión garantiza que todo lo que hacemos ad intra y ad extra esté siempre marcado por la fuerza regeneradora de la llamada del Señor”. Y la misión – vuelve a repetir el Pastor de la Iglesia Universal – siempre conlleva una pasión por los pobres, es decir, por los “carentes”: aquellos que “carecen” de algo no sólo en términos materiales, sino también en términos espirituales, emocionales y morales.
Con información de Vatican News.
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