El Papa Francisco aseguró que en medio de un mundo convulso es fundamental que en las personas se fomente e impulse el crecimiento de la virtud de la justicia, ya que esta ayuda a prevenir el cáncer de la corrupción y a erradicar la violencia.
Al dar su Catequesis sobre los vicios y virtudes, la reflexión del Papa Francisco se enfocó en la virtud cardinal de la justicia, a la que calificó como la “virtud social por excelencia”, ya que es fundamental para que se dé la convivencia pacífica en la sociedad.
La virtud de la justicia, continuó el Santo Padre, consiste en regular con equidad las relaciones con Dios y entre las personas, dando a cada uno lo suyo y para ello se requiere que el justo cuente también con otras actitudes virtuosas, como la benevolencia, el respeto, la gratitud, la afabilidad, la honestidad: “virtudes que contribuyen a la buena convivencia entre las personas”.
“La justicia es un antídoto contra la corrupción y contra otros comportamientos nocivos —como la calumnia, el falso testimonio, el fraude, la usura— que carcomen la fraternidad y la amistad social. Por eso, es primordial educar en el sentido de justicia y fomentar la cultura de la legalidad”, aseguró el Papa Francisco al hablar sobre esta virtud.
Durante la Audiencia General del 3 de abril de 2024, el Papa Francisco aseguró que el objetivo de la virtud de la justicia es “igualar las cuentas” entre los hombres, sobre todo cuando corren el riesgo de verse distorsionadas por algún desequilibrio, ya que su finalidad es que en una sociedad cada uno sea tratado según su dignidad.
“Todos comprendemos que la justicia es fundamental para la convivencia pacífica en la sociedad: un mundo sin leyes que respeten los derechos sería un mundo en el que es imposible vivir, se parecería a una jungla. Sin justicia no hay paz. Sin justicia no hay paz. De hecho, si no se respeta la justicia, se generan conflictos. Sin justicia, se ratifica la ley del fuerte sobre los débiles, y eso no es justo”, aseguró el Papa.
En este sentido, aseveró el Papa Francisco, las personas justas atraen gracia y bendiciones tanto sobre sí mismas como sobre el mundo en el que viven, ya que los justos no son moralistas que se erigen en censores, sino personas rectas que “tienen hambre y sed de justicia”.
Son “soñadores que custodian en su corazón el deseo de una fraternidad universal. Y de este sueño, especialmente hoy en día, todos tenemos una gran necesidad. Necesitamos ser hombres y mujeres justos, y esto nos hará felices”, aseguró el Papa al referirse a la importancia que tiene el impulsar la virtud de la justicia entre las personas.
Al impartir su Catequesis desde la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco señaló las características que tiene una persona que cuenta y aplica en su vida diaria la virtud de la justicia:
“Las medias verdades, los discursos sutiles que buscan engañar al prójimo, las reticencias que ocultan las verdaderas intenciones, no son actitudes acordes con la justicia”, aseguró el Papa al indicar que estas no son características propias de quien enarbola la virtud de la justicia.
“La virtud de la justicia”, concluyó su Catequesis sobre los vicios y virtudes el Papa Francisco, “evidencia -y pone la exigencia en el corazón- que no puede haber verdadero bien para mí si no hay también el bien de todos”.
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