Este jueves 8 de diciembre, como es tradición desde 1953 -excepto los dos años anteriores debido a la pandemia-, el Papa Francisco visitó la imagen de la Inmaculada Concepción que se encuentra en la explanada de la Plaza España en Roma. Las imágenes de este suceso dieron la vuelta al mundo, ya que no es común ver al Santo Padre llorar.
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Pero, ¿qué fue lo que pasó? Desde el inicio de la Guerra entre Rusia y Ucrania, el Pontífice ha hecho incontables llamados a la paz; incluso, el 25 de marzo pasado, consagró a ambas naciones al Inmaculado Corazón de María durante una celebración penitencial en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Sin embargo, tal como se escuchó decir este jueves al Papa ante la imagen de la Inmaculada, no ha sido posible el cese al fuego, algo que le hubiera gustado ofrecerle a la Virgen María.
“Virgen Inmaculada, hoy me habría gustado traerte la acción de gracias del pueblo ucraniano, del pueblo ucraniano por la paz que llevamos tanto tiempo pidiendo al Señor”, dijo el Pontífice, y luego hizo una pausa al no poder detener las lágrimas y los sollozos.
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Fue al aplauso de los asistentes lo que le animó a continuar su mensaje:
“En cambio -dijo, mientras se recuperaba- aún tengo que traerte la súplica de los niños, de los ancianos de los padres y madres, de los jóvenes de esa tierra martirizada, que sufre tanto. Pero, en realidad, todos sabemos que estás con ellos y con todos los que sufren, como tú estuviste junto a la cruz de tu Hijo”.
Con información de Vatican News
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