Con la bendición de las palmas y ramos en el Altar del Perdón, en punto del mediodía, dio inicio la celebración del Domingo de Ramos de la Pasión del Señor en la Catedral de México, con la que propiamente comenzó la Semana Santa o Semana Mayor en la Arquidiócesis de México.
Presidida por el Cardenal Carlos Aguiar Retes –quien estuvo acompañado por miembros del Venerable Cabildo Metropolitano– tras la bendición de las palmas y ramos, la celebración continuó con la tradicional procesión para conmemorar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
Imitando a aquella multitud que alababa a Jesús hace 2000 mil años, cientos de personas —muchas de ellas en sillas de ruedas— hicieron lo propio en la Catedral de México.
Entonando la canción “Viva Cristo Rey”, la procesión se dirigió al Altar Mayor, donde el Cardenal Aguiar presidió la Eucaristía.
En su Homilía, el Arzobispo de México explicó que las lecturas que propone la liturgia en este Domingo de Ramos son para dejar en claro por qué Jesús asumió con plena voluntad el camino de la Pasión, Muerte y Resurrección.
“La única respuesta que podemos encontrar –dijo– y que es la auténtica, es que Dios lo hizo para mostrarnos, a través de su Hijo, el gran amor que tiene por nosotros, sus creaturas predilectas: el ser humano”.
El Arzobispo pidió leer la Pasión de Cristo según san Lucas para saber qué tanto cada fiel ha asumido la actitud de Jesús en su camino a la muerte en cruz.
“Si descubrimos que todavía son muchas las cosas que tenemos que aprender de Él, que estos días de la Semana Santa nos motiven a tener esa fortaleza de Jesús, que estaba basada en la confianza en Dios su Padre, y en el amor que le tenía”.
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