En la Octava Estación del Viacrucis Jesús consuela a la hijas de Jerusalén, quienes lloran por su sufrimiento, porque no alcanzan a ver en él ninguna esperanza; mientras que Él ve en su calvario un medio de redención y salvación.
Puedes leer: Guía para reflexionar en la Séptima Estación del Viacrucis
“Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por Él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: ‘Hijas de Jerusalén, no lloren por mí, lloren por ustedes y por sus hijos’”.
A través de la meditación, la oración y la contemplación de la anterior lectura del Evangelio, podemos concluir que:
Puedes descargar una guía para la meditación de la Octava Estación del Vía crucis: Aquí
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