Debido a que la Basílica de Guadalupe permanecerá cerrada del 10 al 13 de diciembre, actualmente devotos guadalupanos acuden al recinto a dejar sus veladoras a la Virgen, en las cuales le escriben sus agradecimientos por lo vivido en este año, sus peticiones para el año que viene, o simplemente sus mensajes de amor, fe y devoción.
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Estas veladoras, que los fieles dejan a un costado de la Antigua Basílica -frente a la estatua de san Juan Pablo II-, se colocarán el 11 de diciembre alrededor del tapete monumental de flores que hoy están elaborando algunos empleados de la Basílica de Guadalupe con los arreglos florales que los fieles llevan a la Morenita del Tepeyac.
El encendido de las veladoras se llevará a cabo en la fecha señalada en punto de las 17:00 horas, como signo de la presencia de todos los fieles, que esta vez no podrán asistir al recinto a celebrar a la Virgen de Guadalupe en su día debido a la pandemia de coronavirus COVID-19.
Como muchos devotos, Alejandro y el pequeño Dominique acudieron a la Basílica de Guadalupe para dejar su veladora frente a la estatua de san Juan Pablo II, y en ella le pidieron por escrito su intercesión por sus familiares vivos, y por el eterno descanso de los que han fallecido.
“Este año no podremos venir a ver a la Virgencita en su día -comenta Alejandro-; pero no importa, porque siempre la llevamos en el corazón. De hecho, nosotros venimos a la Basílica en otras fechas; no acostumbramos hacerlo ni el 11 ni el 12 de diciembre, para dejar lugar a las personas de otros estados, que hacen un gran esfuerzo para venir a verla en su día”.
Como a tantos y tantos niños, a Dominique lo que le interesa es ya poder hacer su vida normal, razón por la que acudió a la Basílica de Guadalupe, a fin de pedir a la Guadalupana su intercesión “para que ya se calme el COVID-19”.
Ismael y María son un matrimonio originario de Veracruz, y este año han acudido a la Basílica de Guadalupe a dejarle sus veladoras a la Virgen previo a las Fiestas Guadalupanas, para no perderse la oportunidad de ponerle sus intenciones por escrito en los respectivos vasos.
“La devoción a la Virgen de Guadalupe -señala María-, me la inculcaron mi mamá y mi abuelita. Y hoy, con esta veladora, vengo a agradecerle que estamos vivos, que tenemos salud, que mi bebé está bien. No voy a estar aquí en su día, pero al menos ya vine a agradecerle a Ella y a Dios por nuestra salud”.
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