La emergencia en el cerro del Chiquihuite en Tlalnepantla, Estado de México, no se ha terminado. Los cuerpos de rescate siguen buscando a personas atrapadas entre los escombros, más de cien familias han sido desalojadas y otras pasan la noche en las parroquias ante el temor de nuevos deslaves.
Aunque la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús no ha dejado de recibir víveres para los vecinos afectados por el desgajamiento registrado el pasado viernes en el Cerro del Chiquihuite, en la Diócesis de Ecatepec, la necesidad de apoyo se incrementa a medida que pasan los días en esta iglesia vuelta albergue.
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El padre Eduardo Pierson Espinosa, encargado del Sagrado Corazón, exhortó a la comunidad no sólo a colaborar solidaria y caritativamente con quienes hoy lo necesitan, sino a mantener la ayuda por el tiempo que se requiera, “ya que la emergencia no es cosa de un momento, sino que puede durar semanas”.
Si bien en un inicio el albergue de dicha parroquia fue dispuesto para unas 30 o 40 personas, actualmente es utilizado por unas 80, explicó en entrevista.
“En realidad, estas personas no están en el albergue todo el tiempo -explicó el padre Eduardo Pierson-, sino de manera intermitente: ya muy noche se vienen a dormir, y muy temprano vuelven a sus hogares por temor a que les roben sus pertenencias”.
Lo que va en aumento es el número de vecinos que están bajando a la parroquia en busca de ayuda. Muchos de ellos no están dispuestos a abandonar sus casas pese a los exhortos de las autoridades, que ven serios riesgos de nuevos deslaves en la zona. Sin embargo, estas personas, al no alcanzar a cubrir sus necesidades básicas, asisten a la parroquia.
La Parroquia Nuestra Señora del Carmen -ubicada a kilómetro y medio de la zona del desastre-, también fue habilitada como albergue para vecinos del Chiquihuite; sin embargo, la ayuda aquí ha sido más escasa, por lo cual el padre Juan Morales Jacobo hace un llamado a la comunidad a redoblar el apoyo.
“Originalmente el albergue había sido dispuesto para 20 personas, por el espacio con el que contamos, pero en este momento ya hay 27: 15 adultos, 2 personas de la tercera edad, 6 adolescentes y 4 niños pequeños, que necesitan leche y pañales”.
El padre Juan Morales Jacobo explica que la situación que se vive es alarmante, por lo que si más personas necesitan refugio, la parroquia está dispuesta a recibirlos.
“Podemos apretarnos un poco más como albergue y hacer lugar para 40. Sólo tendríamos que conseguir más camas, víveres, gel antibacterial y cubrebocas, pues vamos al día en la cobertura de necesidades”.
Las parroquias reciben víveres, pañales, productos de aseo, alimentos para bebé y para mascotas, todos en buen estado, en sus ubicaciones:
Como mensaje a todas las personas de buena voluntad, el padre Juan Morales Jacobo de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen apeló a la buena voluntad de la gente.
“Aunque estemos por encima de nuestra capacidad, como mucho gusto brindamos la ayuda, pero esto sólo es posible con el apoyo de la gente”.
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