Durante el rodaje en el año 2004 de la película La Pasión de Cristo, dirigida por Mel Gibson, el intérprete de Jesús, Jim Caviezel, sufrió graves contratiempos.
El actor se dislocó un hombro mientras cargaba la cruz de 68 kilogramos, sufrió hipotermia y enfermó de neumonía debido a las inclemencias del templo. Incluso le cayó un rayo mientras filmaba la escena del Sermón de la Montaña y resultó con una herida de 30 centímetros en la espalda durante las escenas de la flagelación.
Pese a que todos esos momentos fueron dolorosos, ninguno de ellos se comparó con el dolor que experimentó en un momento de la filmación de la crucifixión.
No fue un dolor físico, sino espiritual, después de elevar una oración a Jesús para pedirle que se uniera a Él durante esas escenas.
“El dolor más grande que sentí en la película, incluso más que la hipotermia, estaba como en un sueño y sentí el amor de Dios. Era muy poderoso”, reveló hace tiempo en una entrevista.
“Cuando estuvimos juntos en la cruz -agregó- Él estaba completamente haciendo la escena, esa era mi oración: no quiero que la gente viera a Jim Caviezel, quiero que vean a Jesús, quiero que te vean a Tí (…) el dolor que sentí fue el de todas esas personas en el mundo que no lo aman, todos Sus hijos que no lo aman”.
A partir de ese momento, Caviezel le hizo una promesa al Señor: “Quiero que sepas que te amo y te lo diré todos los días a partir de ahora”.
Asimismo, afirmó que si pudiera dar un consejo a cada persona en el mundo, sería uno muy sencillo: “El Señor te ama”.
Tienes que escuchar esto y puedo decirte una cosa: “el Señor te ama”.
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