Santa María de Guadalupe,
Emperatriz de América,
Madre de Dios y Madre nuestra:
Vuelve tus ojos misericordiosos
a tus amados hijos nicaragüenses,
que sufren indefensos y aterrorizados
violencia, represión, asesinatos.
Escucha su llanto por sus muertos,
heridos y desaparecidos.
Mira a sus obispos lastimados,
a sus sacerdotes y religiosos vejados,
amenazados, perseguidos.
Oye la voz de este pueblo afligido
que clama por la paz
concédele tu protección y auxilio
e intercede por él ante tu Hijo.
Que ya nadie tome armas en sus manos
para atentar contra sus hermanos.
Que haya paz en Nicaragua, que haya paz.
Que las autoridades acepten dialogar,
alcanzar acuerdos, atender el clamor popular.
Que haya paz en Nicaragua, que haya paz.
Que el mundo muestre su solidaridad
eleve su oración y haga presión
para que haya paz en Nicaragua, que haya paz.
Intervén con tu poderosa intercesión maternal.
Pide al Señor que Su luz destierre toda oscuridad
derrote el gran mal que aflige a esta nación,
y que Su misericordia y tu amor consuelen su corazón.
Amén.
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