Ciudad de México, a 13 de junio de 2019
La violencia y la inseguridad que se sufren en el país en general, y que se han acrecentado en la Ciudad de México, nos reclaman acciones concretas y constantes a todos los actores de la sociedad para ponerle un freno efectivo a este grave problema.
Los gobernantes están llamados a un esfuerzo adicional al que vienen realizando, para cumplir con uno de los elementos esenciales de su razón de ser: dar a los gobernados las condiciones necesarias para vivir seguros y en paz.
Los lamentables hechos cotidianos en las calles, el transporte público y en cada vez más espacios de la Zona Metropolitana de la capital del país, lastiman también a la Iglesia toda -jerarquía y laicos-, que son vulnerables y solidarios como cualquier ciudadano.
Más allá de preferencias, opiniones o coyunturas políticas, todos estamos comprometidos a sumar esfuerzos; debemos ser ejemplo en la construcción de una sociedad más humana y cercana a todos, que nos urge a sembrar valores y respeto. La Iglesia Católica busca llegar con un mensaje de paz y consuelo a todos los segmentos de la sociedad, de manera especial a quienes han sido víctimas y necesitan, más que nadie, de consuelo y esperanza.
La Arquidiócesis de México se duele profundamente, una vez más, por los crímenes que quitaron la vida a Norberto Ronquillo y a Hugo Leonardo Avendaño, al igual que por los hechos de injusticia y violencia que lastiman a las familias de muchos otros mexicanos, cuyos casos quedan en el anonimato, ocultos muchas veces por un pesado manto de corrupción, impunidad y desconfianza, de indiferencia institucional o de incapacidad desde el gobierno, tanto en el fomento de valores, como en la promoción social o en la impartición de justicia.
Leonardo, quien fue un laico con trabajo apostólico constante, tras concluir su maestría tenía la intención de ingresar al seminario para continuar su formación y servir al Pueblo de Dios.
De 2009 a 2013 cursó el propedéutico y tres años de Filosofía con los Misioneros de San Carlos, popularmente conocidos como Scalabrinianos. En 2013 pidió un tiempo de discernimiento, del cual no regresó a la congregación.
Norberto, un joven de 22 años, a punto de concluir sus estudios de Mercadotecnia, fue muy querido por su familia, sus amigos y su comunidad universitaria.
Hemos procurado estar cerca y ser solidarios con los familiares de muchas víctimas. Nuestra Arquidiócesis hace un llamado fraterno a los fieles católicos a unirse en oración por el eterno descanso de Norberto, de Leonardo y de todas las víctimas, para que el Señor traiga consuelo a sus familiares y amigos, y para que oriente a nuestras autoridades en el combate eficaz y decidido contra la inseguridad, la injusticia y toda forma de violencia criminal.
Nos comprometemos a trabajar de cerca, en lo que sea necesario, con las autoridades y organizaciones civiles, así como a generar una pastoral en las zonas de mayor violencia de la ciudad.
Invito a todos los sacerdotes de la Arquidiócesis Primada de México a poner en las intenciones de la Misa de 19:00 horas de este jueves, a todas las víctimas de la violencia en el país. ¡Santa María de Guadalupe, ruega por nosotros!
+Carlos Cardenal Aguiar Retes
Arzobispo Primado de México
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