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Jóvenes sirios se preparan en México para reconstruir su país

El proyecto Habesha busca ayudar a los universitarios de ese país, que por alguna razón interrumpieron sus estudios, para concluir su carrera; una vez alcanzada la paz en Siria, estos regresarán para servir.   Abimael César Juárez   Habesha es un proyecto creado por la asociación civil Diálogo Intercultural de México Activo (DIMA), con sede […]

  • El proyecto Habesha busca ayudar a los universitarios de ese país, que por alguna razón interrumpieron sus estudios, para concluir su carrera; una vez alcanzada la paz en Siria, estos regresarán para servir.

 

Abimael César Juárez

 

 

Habesha es un proyecto creado por la asociación civil Diálogo Intercultural de México Activo (DIMA), con sede en Aguascalientes, que busca solidarizarse con el pueblo sirio para apoyar a los jóvenes de aquel país que por alguna razón interrumpieron su educación universitaria, con la finalidad de que viajen a México y continúen con sus estudios. El objetivo es que, una vez que se alcance la paz en su país, estos puedan ser parte de la reconstrucción, así lo platicó a Desde la fe su fundador y coordinador Adrián Pérez Meléndez, abogado por la Universidad Panamericana, quien trabajó varios años en un campo de refugiados en Irak.

Adrián Pérez destacó la participación del numerario del Opus Dei Gabriel Domínguez García Villalobos, director de la Escuela de Derecho de la Universidad Panamericana (Campus Aguascalientes), quien ha brindado un gran apoyo para la apertura del proyecto y por su gran compromiso con esta iniciativa.

Pérez Meléndez comentó que para Habesha no es importante la religión que profesen los estudiantes: “pueden ser musulmanes, alauitas, kurdos o truzos, no importa, porque el proyecto surgió de una organización civil, apolítica, laica y sin fines de lucro, con el único fin de que se preparen bien para que cuando haya paz en Siria puedan ser parte de la reconstrucción, siempre con el recuerdo grabado en su memoria de que fueron personas de otra cultura y otra religión quienes hicieron que todo esto fuera posible; por eso, cuando los entrevistan en los campos de refugiados, sólo se fijan en la calidad  y el entusiasmo que los jóvenes manifiestan por continuar con sus estudios”.

Explicó que cuando el aspirante es aceptado, Habesha se encarga de todo el proceso, incluidos los gastos que implica trasladarlos de un lugar a otro. “Ellos tiene que ir a la embajada mexicana más cercana para tramitar la Visa, en caso de que no haya en su lugar origen, como es el caso de Irak, tendrá que viajar hasta Irán; concluidos los trámites podrá viajar a México vía Moscú y la Habana, pues el pasaporte sirio les impide transitar por territorio europeo y estadunidense”.

En México –agregó– son recibidos por personal de la asociación; durante una semana se quedan en la capital del país para continuar con sus trámites consulares, y posteriormente se trasladan a la ciudad de Aguascalientes, donde están la oficina y la casa: “es un lugar calmado, conservador, apto para ellos que proceden de un lugar con un estilo similar. Son jóvenes como cualquiera, la única diferencia es que no tienen la cultura de beber, ni de mucha fiesta”.

Adrián Pérez señaló que, antes de hacer cualquier trámite para la universidad, reciben clases de español, integración, regularización académica y orientación vocacional, a fin de conocer lo que realmente quieren estudiar para ubicarlos en la mejor escuela, de todas con las que tienen convenio; al mismo tiempo, traducen y revalidan sus documentos; cuando se incorporan a la universidad llevan una vida independiente como cualquier alumno regular, ”no obstante, siempre estamos en contacto con ellos, vemos cómo va su español; a través de un depósito les hacemos llegar una cantidad mensual para sus gastos de manutención”.

Contrario a lo que todo mundo pensaría  –subrayo Meléndez– las universidades de inspiración católica, algunas dirigidas por cristianos conservadores, como es el caso del Opus Dei en la Universidad Panamericana, son las que han tenido mayor apertura; lo único que han pedido ha sido claridad en los criterios a la hora de hacer la selección para asegurarse que realmente sean personas de bien; a pesar de su procedencia nadie ha condicionado su estancia ni se han dado casos de discriminación”.

Para finalizar, Adrián Pérez Meléndez dijo que el objetivo principal es lograr que 30 jóvenes estudien en nuestro país; hasta el día de hoy han llegado diez, todos excelentes estudiantes y seres humanos; para poder ayudar a más jóvenes sirios han lanzado un programa llamado “Tiempo en Siria”, que consiste en donar cien pesos mensuales a la cuenta 027137869, CLABE072010002771378692 de Banorte. Mediante este tipo de apoyo los mexicanos nos conectamos de manera solidaria, noble y genuina con el mundo.

Para mayor información favor de escribir a la siguiente dirección electrónica: [email protected].