Por Cynthia Fabila
Hoy, a los pies del Santuario de Cristo Rey, en Silao, Guanajuato, cientos de jóvenes se dieron cita para clausurar el Año de la Juventud en México, que, desde octubre del 2017 se ha venido celebrando con diferentes actividades en todas las diócesis del país.
Durante la Santa Misa, monseñor Armando Pérez Talamantes, responsable de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes, elevó una plegaria para pedir a Dios por los sueños de los jóvenes de las diferentes provincias eclesiásticas del país.
El Año de la Juventud se inauguró en octubre del 2017 en la Basílica de Guadalupe, con una Misa presidida por el Nuncio Apostólico, Franco Coppola, y concelebrada por obispos y sacerdotes que se ocupan de la Pastoral Juvenil en todo el país.
A lo largo de todo un año, las diócesis llevaron a cabo diversos programas para la reflexión y acción con la finalidad de alentar el protagonismo del joven en la misión de la Iglesia y en la transformación del mundo.
Durante la clausura, se soltaron globos, los cuales simbolizaron los sueños, las oraciones y la fortuna de ser joven.
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