P. Víctor Jiménez
Debo confesar que al ver Coco quedé conmovido, fue una buena ocasión para que toda mi familia se reuniera y fuera al cine, algo que no ocurre con frecuencia. Ahora que la película vuelve a los cines –a partir del 26 de octubre-, podemos rescatar los elementos valiosos que tiene para fortalecer nuestra identidad y valores como mexicanos.
La familia. Aunque parece que en un principio se opone a los deseos y anhelos del pequeño Miguel, pronto se descubre el amor y la protección que da al personaje frente a los peligros de regresar al mundo de los vivos. La familia sigue siendo el pilar de la sociedad, ahora con sus nuevas dificultades y expresiones, pero sin ella la humanidad corre el riesgo de desmoronarse en el consumismo y la despersonalización.
La vida no se acaba solo se transforma, así reza el prefacio de difuntos en la misa. Parece que en medio de los colores y aventuras de los personajes al cruzar a la tierra de los muertos está el anhelo profundo del ser humano por una vida plena y que dure para siempre. Los seres humanos buscamos un algo más en nuestras acciones, en nuestros recuerdos, tenemos escondido el sello de la eternidad.
No todo es violencia, muerte y destrucción. En ocasiones ese es el estigma que persigue a México en el exterior, pero la película refleja nuestro folclor. México son tradiciones, colores, bailes, pueblos y personas que construyen en el día a día el anhelo de una sociedad diferente. Esto ha quedado en la mente de muchas personas al verla.
Titulo: Coco
Año: 2017
Directores: Lee Unkrich, Adrian Molina.
Distribuidora: Disney
Premios: Oscar a mejor película animada y mejor canción.
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