Guillermo Gazanini
Desde luego, hay muchas cosas que alabar y reconocer en medio de esta tragedia, pero también hay que denunciar la miseria y el oportunismo de esos que, al amparo de la redes, sea de forma anónima o sosteniéndolo sin fundamento alguno, se atreven a difundir calumnias y juicios sin autoridad.
El execrable texto que circula por WhatsApp contra el Arzobispo de México, y que he leído, es de la más baja calaña, por no usar otro calificativo más vulgar contra esos que ni vulgares son, sino miserables.
Y lo mismo lo sostengo contra esos con supuesta autoridad para decir qué debe hacer o no el Arzobispo, según su empequeñecida, burda y bruta capacidad de miras.
Miopes, fanáticos, soberbios y ridículos, amparándose en su condición de ser “supuestamente ciudadanos”. Ser “ciudadano” no da fuero para infamar y juzgar. ¡Pobres desgraciados!
Ver aclaración de la Arquidiócesis de México.
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