El Matrimonio es uno de los Sacramentos de la Iglesia, plasmado en el Catecismo de la Iglesia Católica y mencionado en la Biblia. En palabras del Papa Francisco: somos creados para amar, como reflejo de Dios y de su amor. Y en la unión conyugal el hombre y la mujer realizan esta vocación en el signo de la reciprocidad y de la comunión de vida plena y definitiva.
A lo largo de la Biblia, se habla del Matrimonio como institución y del sentido que Dios le dio. Las Sagradas Escrituras afirman que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro —”No es bueno que el hombre esté solo” (Gn 2, 18)—, y están llamados a unirse en una sola carne, ser fecundos y multiplicarse — “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y pasan a ser una sola carne” (Génesis, 2,24)”—.
“Cuando un hombre y una mujer celebran el sacramento del Matrimonio, Dios, por decirlo así, se «refleja» en ellos, imprime en ellos los propios rasgos y el carácter indeleble de su amor. El Matrimonio es la imagen del amor de Dios por nosotros”, explica el Papa Francisco en su catequesis del 2 de abril de 2014. La Biblia también establece que la unión matrimonial entre un hombre y una mujer es indisoluble: “lo que Dios unió, que no lo separe el hombre” (Mt 19,6).
El Catecismo de la Iglesia Católica establece que el amor conyugal exige de los esposos fidelidad inviolable. Esto lo dice Jesús mismo en Mc 10,11-12: “Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio”.
Además, la Carta a los Hebreos (13-4), se establece: “que todos respeten el Matrimonio y ninguno manche la unión conyugal. Dios castigará a los licenciosos y a los que cometen adulterio”.
De acuerdo con la Biblia, la fidelidad en el Matrimonio implica entrega —”Maridos, amen a sus mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla” (Efesios 5, 25)—, honestidad —Honra tu Matrimonio; mantenlo puro siendo honesto en todas las formas” (Hebreos 13,4)— y agradecimiento a Dios —Sé agradecido por tu esposa y date cuenta del favor que has recibido de Dios (Proverbios 18,22)—.
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