Iniciar un noviazgo hace sentir mucha ilusión por todas las cosas bellas que una relación de pareja trae como regalos. Con solo ver a la persona amada, el cuerpo libera dos sustancias muy importantes, la dopamina, un neurotransmisor involucrado en la regulación del estado de ánimo y de los sentimientos de bienestar y placer, y la oxitocina, conocida como la “hormona del amor” que fortalece los lazos emocionales, reduce la ansiedad, el miedo y el estrés.
También, en los primeros meses del noviazgo, el cuerpo incrementa la producción de endorfinas, sustancias químicas que transmiten al cerebro una sensación de alegría, por ello se siente gran placer y felicidad cuando se está con el ser amado. Todo esto gracias a la llamada “neuroquímica del amor”.
Sin embargo, la obtención de estas sustancias químicas cambia con el tiempo, y no hay esos picos como en la etapa del enamoramiento. Entonces, los noviazgos se enfrentan a nuevos retos que determinarán la unión y crecimiento de la relación o la disolución del vínculo.
Para responder a esta pregunta, es importante tomar en cuenta el por qué se quiere estar en pareja ¿para no estar sola o solo? ¿por los convencionalismos sociales? ¿para que pague las cuentas? o ¿cuál es motivo real por el que se quiere entablar un lazo afectivo con alguien?
A este respecto, el padre Luis Alejandro Monroy, quien tiene más de 20 años acompañando a las parejas y ha realizado alrededor de 130 retiros para novios, en entrevista exclusiva para Desde La Fe dijo que: “El peligro que corren las parejas es no saber qué quieren lograr juntos”.
Por ello, es importante que los novios sepan ¿qué es lo que nos une? ¿si tienen objetivos en común? De estas sencillas pero trascendentales preguntas, se podrá determinar su futuro.
El padre Monroy compartió 5 consejos a tomarse en cuenta en un noviazgo para que como él señala “la relación madure en el tiempo” y “pueda dar frutos”. Aquí te los compartimos:
Respecto a las equivocaciones que se cometan en el noviazgo y que son propias de la condición humana, el párroco de la de la Arquidiócesis de México señaló que son algo normal en una relación.
“Lo importante es entregarse o donarse al otro por completo, esto hará que se sostengan mutuamente, y que en los momentos de debilidad de uno, el otro lo levante y así los dos se apoyen y ayuden ante las circunstancias adversas que más que separarlos fortalecerá su unión”, señaló el padre Monroy.
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