Evangelio del día (Mateo 5, 17-19). En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No crean que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos”.
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Sobre el evangelio del día. Jesús enfatiza la importancia no sólo de cumplir la ley que Él viene a hacer plena, sino de enseñar esta ley a otros. Fiel a su costumbre de no lanzar amenazas flamígeras, sino buscar mover a sus oyentes a preferir los caminos que Él ofrece, Jesús afirma que quien traspase la Ley y enseñe a otros a traspasarla, será el más pequeño en el Reino de los cielos. Por contraposición, cumplir la Ley que Jesús viene a hacer plena, y enseñar a otros a cumplirla, será motivo de ser considerado grande en el Reino de los Cielos.
Desde luego, sobra comentar que el primero que vive y enseña esta Ley es Jesús. Su perfecta obediencia y coherencia le dan autoridad para ser creído y respetado.
Pero, ¿qué es esto de ser grande o pequeño en el Reino de los cielos? San Juan Crisóstomo señala que cuando oímos a Jesús pronunciar lo de ‘pequeño en el Reino de los Cielos’, no hay que entender otra cosa que el infierno y la condenación; de manera que el que quien infringió todos los mandamientos y hasta indujo a los otros a infringirnos ¡será rechazado!
*Reflexión tomada del Curso sobre san Lucas de Alejandra Sosa, publicado en Ediciones 72.
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