El Evangelio del día (Juan 15, 26–16, 4). En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de mí y ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado conmigo.
Les he hablado de estas cosas para que su fe no tropiece. Los expulsarán de las sinagogas y hasta llegará un tiempo, cuando el que les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo harán, porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de estas cosas para que, cuando llegue la hora de su cumplimiento, recuerden que ya se lo había predicho yo’’.
Puedes leer: El Evangelio de san Marcos
Sobre el Evangelio del día. Creer en el Espíritu Santo, es asumir con responsabilidad la dirección que ha tomado la historia hacia un mundo nuevo y mejor.
En cambio, no comprometerse es apagar el Espíritu. Y no creer en el Espíritu es quedar a la merced de otros espíritus, que oscurecen y confunden, porque no soplan en dirección del amor, del bien y de la verdad.
Para quienes tiran en favor de la maldad, causan injusticias, corrompen las relaciones humanas y rinden culto a la muerte con sus actos, una fe que busca la justicia resulta siempre una amenaza. La fe en Cristo es así: se manifiesta en las obras de justicia.
Por eso, la búsqueda de la justicia es una conducta por la cual se puede ser perseguido, vituperado, agredido, expulsado de círculos sociales. El cristiano lo sabe, y sabe también que no puede obrar de otra manera, pues la justicia es un elemento esencial de la fe en Jesús y de la práctica cristiana.
Texto basado en la reflexión de P. Carlos Cardó, SJ Parroquia de Fátima Miraflores
El Santo Padre recibió un baloncesto a manera de obsequio por parte de jugadores de…
¿Cuál es el aporte de la Iglesia Católica en un mundo sacudido por guerras y…
¿Qué podemos aprender de este episodio ocurrido en México? El P. Medel reflexiona sobre lo…
En el marco del Último Informe de Gobierno de AMLO y del inicio de la…
El verdadero Edén es el corazón humano en donde Dios mismo quiere pasear sabiendo que…
Esta web usa cookies.