El Evangelio del día (Juan 13, 16-20). En aquel tiempo, después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les dijo:
“Yo les aseguro: el sirviente no es más importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía. Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán dichosos.
No lo digo por todos ustedes, porque yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla el pasaje de la Escritura, que dice: El que comparte mi pan me ha traicionado. Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo soy.
Yo les aseguro: el que recibe al que yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado”.
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Sobre el Evangelio del día. La acción de Jesús, de lavar los pies a sus discípulos, es una escena impresionante, que recoge tres gestos importantes: el amor, el servicio y el perdón. Me imagino a los apóstoles quedándose atónitos cuando Jesús se arrodilló e hizo ese gesto que estaba reservado a los siervos.
Pero Jesús nos tiene tanto amor que se ha convertido en un esclavo para servirnos, para sanarnos, para limpiarnos. Y con esto, deja muy clara la misión de la Iglesia en el mundo: servir.
Nuestra misión es el amor, que se puede manifestar de diferentes formas en nuestra vida, y una de ellas el servicio a los demás, especialmente a los más necesitados, porque en el pobre está Cristo. ¡Nunca lo olvidemos!
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