La preparación integral que tenían los 12 franciscanos que envió la corona española hace 500 años a las nuevas tierras fue fundamental para que el proceso de evangelización tuviera el éxito que alcanzó no solo en México sino en toda la región, aseguró Fray Antonio Huerta Soto.
Al participar en el ciclo de conferencias la “Primera Evangelización en la Nueva España”, el sacerdote de la Parroquia de San Fernando Rey destacó que tanto el Papa Adriano VI como el Superior de los Franciscanos, el padre Francisco Quiñones, escogieron a 12 frailes que estaban muy preparados para afrontar el reto evangelizador que se les encomendó.
Al ofrecer la conferencia “El sistema de elección y preparación de los primeros franciscanos para evangelizar en Nueva España”, fray Antonio, miembro de la Provincia Franciscana del Santo Evangelio de México de la Orden de los Frailes Menores (OFM), subrayó que los llamados “12 apóstoles de la Nueva España” eran especialmente doctos como predicadores y como confesores, además de hombres verdaderamente letrados y espirituales.
“Es indudable que los recién llegados a la Nueva España contaban con los talentos necesarios para poder realizar el trabajo que se les había encomendado, en lo que podríamos llamar el espectro académico, en el de su preparación intelectual, referida sobre todo a los clérigos.
“La Obediencia da a seis de ellos el título de predicadores y también de confesores doctos; a otros dos el de predicadores y a dos más solo el de sacerdotes. A los dos no clérigos los llama legos de votos, lo cual quiere decir que tenían los conocimientos adecuados y contaban con la capacidad suficiente para llevar a cabo el trabajo que la iglesia y la orden les había encomendado”, detalló el fraile.
Durante su participación en el ciclo de conferencias realizado en la sede de la “Agrupación Leonesa. Casa de Castilla y León”, fray Antonio Huerta indicó que al llegar a México los 12 franciscanos encontraron algo que ellos no conocían, un mundo verdaderamente diferente a cualquier cosa que “ellos hubieran podido imaginar en sus conventos en España”.
“Y el gran mérito que tuvieron estos frailes fue que su preparación humanista, especialmente, les permitió abrirse a la situación que encontraron. No llegaron a arrasar, sino llegaron a comprender, a dialogar, a aprender y desde lo que aprendieron, me refiero concretamente a la lengua, y cuando estamos hablando de aprender una lengua, no se trata de saber cómo suenan las expresiones en otro idioma, se trata de comprender muchísimas otras cosas detrás”, comentó.
Finalmente, concluyó fray Antonio Huerta Soto, se debe resaltar que la labor de los 12 franciscanos no se habría desarrollado si no hubieran recibido refuerzos:
Inmediatamente después de ellos llegaron muchísimos otros, dos años después llegaron los dominicos, unos cuantos años después llegaron los agustinos y así siguieron llegando inclusive ya el clero secular y estableciéndose en los lugares donde los religiosos ya habían establecido la predicación del Evangelio”.
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